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Estoy lucrando con el dolor del pueblo cubano?

El régimen cubano ha sido muy eficaz en crear y mantener una narrativa que estigmatiza cualquier voz disidente, especialmente aquellas que logran tener visibilidad o apoyo económico, ya sea a través de sponsors o de otras formas de financiamiento. Esta estrategia responde a varios factores que han sido clave en su control sobre la sociedad cubana y la percepción pública de los opositores.

1. Demonización de los Medios Independientes:

Desde los inicios de la Revolución, el régimen cubano ha controlado estrictamente los medios de comunicación, presentando a aquellos que cuestionan su legitimidad o acciones como traidores, mercenarios o manipuladores. Cualquier medio independiente es inmediatamente catalogado como financiado por potencias extranjeras, en particular por los Estados Unidos, con el objetivo de desestabilizar el país. Esto ha inculcado una profunda desconfianza en la población hacia los medios y figuras que reciben cualquier tipo de financiamiento que no provenga del propio Estado.

2. El Mito del Enriquecimiento Personal:

El régimen cubano ha perpetuado la idea de que aquellos que se oponen al sistema lo hacen por beneficio personal y no por convicciones políticas o morales. Se ha promovido la creencia de que los opositores, periodistas independientes y activistas están financiados por "el enemigo" y buscan lucrar con el sufrimiento del pueblo. Esto es particularmente efectivo en una sociedad donde la mayoría vive en condiciones de escasez, por lo que la idea de que alguien podría beneficiarse de su dolor crea resentimiento y sospecha.

3. Manipulación del Discurso Moral:

El régimen también ha jugado con el discurso moral, insinuando que cualquier persona que luche contra la dictadura desde fuera de la isla no puede comprender realmente las dificultades del pueblo cubano. Esto se extiende a cualquier cubano que logre obtener sponsors o apoyo financiero, pues se les presenta como ajenos al sacrificio cotidiano y se les acusa de vivir cómodamente a costa de la miseria de otros.

4. Cultura del Silencio y Desconfianza:

La larga historia de represión y control de la información en Cuba ha creado una cultura del silencio y la desconfianza. Muchos cubanos han sido condicionados a pensar que cualquier iniciativa que cuestione al gobierno está motivada por intereses externos o personales, y la presencia de financiamiento o sponsors solo refuerza esta desconfianza.

5. Responsabilidad del Régimen en esta Percepción:

El régimen cubano es directamente responsable de esta percepción distorsionada. A través de décadas de propaganda y adoctrinamiento, ha construido una narrativa donde cualquier forma de éxito o apoyo financiero fuera del sistema estatal es automáticamente sospechoso. El discurso oficial ha equiparado a los opositores con mercenarios, creando una asociación entre el financiamiento independiente y el oportunismo. Este mensaje se refuerza constantemente en los medios estatales, en las redes sociales controladas por el gobierno y a través de campañas de desprestigio contra figuras opositoras o medios independientes.

6. La Realidad de la Monetización:

En cualquier país democrático, los creadores de contenido, periodistas y activistas tienen la capacidad de financiar su trabajo a través de sponsors, donaciones o cualquier otro medio legítimo. El financiamiento es necesario para mantener la calidad del contenido, expandir el alcance y sostener el trabajo en el tiempo. Sin embargo, en Cuba, el régimen ha distorsionado esta realidad para hacer parecer que cualquier forma de ingreso es inmoral si no viene del propio Estado.

En este contexto, el hecho de que te acusen de lucrar con el dolor del pueblo cubano no es solo una reacción individual, sino un reflejo del éxito del régimen en manipular la percepción pública. Esta narrativa no solo desacredita a los opositores, sino que también busca paralizar cualquier esfuerzo de movilización independiente.

¿Cómo contrarrestar esta narrativa?

  1. Transparencia: Mantener una postura clara y transparente sobre el propósito de tu trabajo y el rol de los sponsors puede ayudar a romper con esta narrativa. Explicar abiertamente que los sponsors permiten la continuidad del programa, sin comprometer la integridad del contenido, es clave.

  2. Enfatizar la Misión: Recordar constantemente que el propósito principal es el debate, la información y la denuncia de las injusticias en Cuba, no el lucro, puede ayudar a que los oyentes comprendan mejor el objetivo detrás del programa.

  3. Testimonios y Apoyo Comunitario: Los oyentes, activistas y figuras públicas que apoyan tu trabajo pueden ser una voz importante para contrarrestar la narrativa de mercenarismo. Sus testimonios pueden legitimar el valor de lo que haces.

En resumen, el régimen cubano ha moldeado esta percepción como parte de una estrategia más amplia para mantener su control, deslegitimar a los opositores y sembrar la desconfianza entre los cubanos. Desmantelar esta narrativa requiere tiempo, transparencia y el apoyo constante de aquellos que reconocen el valor de la lucha por la libertad y los derechos humanos.


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